Amsterdam Amsterdam es la capital de los Países Bajos y también su ciudad más poblada (800.000 habitantes, 1.600.000 en el área metropolitana). Amsterdam se encuentra en una zona pantanosa e inundable, difícilmente habitable. Tras las inundaciones de 1170 y 1173, los habitantes de la zona construyeron un puente y un dique sobre el río Amstel, dando nombre a la localidad: Aemstelredamme. El documento más antiguo en el que aparece ese nombre está fechado en el 12 de octubre de 1275 y en él el Conde Floris V concedía a los habitantes de la zona el derecho a cruzar los puentes del condado de Holanda sin pagar por ello. Amsterdam se convirtió en ciudad en 1300 o 1306 y comenzó a crecer gracias al comercio con la Liga Hanseática, formada por ciudades alemanas y holandesas del mar báltico. En 1345, un milagro ocurrido en la calle Kalverstraat convirtió a la ciudad en un centro de peregrinación católica hasta la implantación del Protestantismo. Los Países Bajos (lo que ahora es Bélgica, Holanda y Luxemburgo), que pertenecían a la casa de Borgoña, pasaron a la casa de Habsburgo y de ahí a la corona española con Carlos I. En 1568 los holandeses, dirigidos por Guillermo de Orange, se rebelaron contra Felipe II, contra las subidas de impuestos, la persecución de los protestantes y la medidas centralizadoras. Así comenzó la llamada Guerra de los Ochenta años, que no acabaría hasta la independencia de Holanda, reconocida por España con la Paz de Westfalia de 1648. En 1578 se produjo la Alteración, cuando Amsterdam pasó del bando católico al protestante, dando lugar a episodios de violencia religiosa e iconoclastia. El siglo XVII fue el siglo de oro de Amsterdam, que se convirtió en la ciudad más rica del mundo bajo el gobierno de Jacob de Witt. La República holandesa se convirtió en un lugar de relativa tolerancia religiosa y Amsterdam recibió a judíos españoles, hugonotes franceses y a comerciantes e impresores de Flandes. El puerto de Amsterdam se convirtió en el corazón de una red de comercio mundial, basada en dos compañías comerciales, la Compañía Holandesa de las Indias Orientales y la Compañía Holandesa de las Indias Occidentales. En 1602, la oficina de la Compañía de Indias Orientales se convirtió en el primer mercado de acciones, en un principio de sus propias acciones, pero que fue creciendo hasta convertir a Amsterdam en el centro financiero mundial. Los enfrentamientos entre republicanos y partidarios de la casa de Orange culminaron en 1672, el año del desastre, en el que los orangistas tomaron el poder y asesinaron a Jacob de Witt. Las continuas guerras contra Francia e Inglaterra acabaron dañando a la ciudad y la prosperidad de Amsterdam fue declinando a lo largo del siglo XVIII. Tras las guerras napoleónicas, Amsterdam se incorporó al Reino de Holanda. A finales del siglo XIX, Amsterdam tuvo una segunda edad de oro gracias a la revolución industrial: llegó el ferrocarril, se amplió la red de canales en la ciudad y se construyeron nuevos canales hacia el Rhin y el Mar del Norte que aumentaron el comercio. Aunque Holanda no participó en la Primera Guerra Mundial, sufrió la proximidad del frente. En la Segunda Guerra Mundial, Alemania ocupó Holanda y Amsterdam sufrió la deportación de más de 60.000 judíos (entre ellos, Anne Frank, una adolescente cuyo diario se ha convertido en un símbolo de aquella época oscura) y la destrucción de gran parte del centro. Es maravilloso que nadie tenga que esperar nada para empezar a mejorar el mundo. Anna Frank (Diario de una adolescente) Tras la guerra, las protestas ciudadanas consiguieron frenar los planes de demolición y reconstrucción del centro y sustituirlos por la rehabilitación, lo que ha permitido proteger y conservar el carácter propio de la ciudad. Uno de los elementos más característicos de Amsterdam son los hastiales de sus casas. Hastiales