Es importante profundizar en la sostenibilidad como modelo de desarrollo, donde las variables de mercado, recursos naturales e identidad se entremezclan en un triángulo que debe interactuar en equilibrio para el desarrollo sostenible. Los conjunto históricos como recurso social y cultural, determinan en buena medida el fortalecimiento de Ia identidad local, por lo que juegan una pieza clave dentro del desarrollo de una comunidad. Un ejemplo de conjunto histórico son los Centros Históricos (CH).
De acuerdo al Dr. Cortés Rocha, Catedrático del Posgrado de Urbanismo en la UNAM, los centros históricos son expresiones con características únicas que los hacen ejemplos culturales fundamentales en la configuración de la identidad de su pueblo, son áreas urbanas que conservan un patrimonio urbano arquitectónico, el cual constituye un testimonio cultural de épocas anteriores y para determinar su declaratoria se establecen 6 criterios:
Representar una obra maestra del genio creativo.
Atestiguar un intercambio de valores humanos considerable, durante un periodo concreto o en un área cultural, la planificación urbana o la creación de paisajes.
Aportar un testimonio único, o al menos excepcional, sobre una tradición cultural o una civilización viva o desaparecida.
Ser un ejemplo sobresaliente de un tipo de construcción, de conjunto arquitectónico o tecnológico, o de paisaje que ilustre uno o varios periodos significativos de la historia humana.
Ser un ejemplo destacado de formas tradicionales de asentamiento humano, representativas de una cultura (o de varias) o de interacción del hombre con el medio.
Estar directa o materialmente asociado con acontecimientos o tradiciones vivas, ideas, creencias u obras artísticas y literarias que tengan una importancia universal excepcional.
El CH de Torreón, decretado en 1995, se extiende desde Muzquiz y Torreón Viejo desde el Poniente, siguiendo por el sur el Bulevar Revolución hasta la Donato Guerra, después Abasolo y Calzada Colón por el Oriente y cierra al Norte en el Bulevar Constitución. Cuenta con 241 manzanas con 144 inmuebles catalogados los cuales albergan una mezcla variable de estilos arquitectónicos, desde el vernáculo, neoclásico, racionalista, ecléctico, modernista entre otros. 32 inmuebles catalogados tanto por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) como por Bellas Artes (INBA), 44 en el listado del INAH y 68 más en el catálogo del INBA. Del catálogo del INAH, 23 fueron destruidos.
El cronista Dr. Corona Páez hace referencia a la experiencia del historiador Italo-mexicano Adolfo Dollero, quien en 1910 visitó con sus amigos Vaucresson y Bonetti, uno de los patrimonios del CH:
“Nos alojamos en el Hotel Salvador… Nos parecía que nos habíamos transportado a Nueva York o a Chicago”.
“Tan pronto como acabamos nuestra comida luculiana, dimos una vuelta por la ciudad, en la cual hay muchos edificios bonitos…”.
Este conjunto histórico se encuentra en un proceso de despoblamiento, entre 1990 y 2000 hubo una pérdida neta de 5,729 habitantes; Para el 2010 vivían en el CH 9,974 habitantes, apenas el 1.63% de la población total, esto lleva a espacios parcialmente utilizados durante el día y desolados en las noches influyendo en la percepción de inseguridad y contribuyendo al despoblamiento, deterioro del entorno urbano, todo en un constante circulo vicioso.
Reflexionar sobre la conservación del CH exige un grado de comprensión del problema a diferentes escalas, Desde la escala urbana se entiende que los procesos de urbanización no ayudan a que los centros históricos puedan re-activarse, perjudicando la actividad. Hoy toca buscar estrategias que reinventen la función urbana del CH.