Respecto al concepto de Masculinidad se puede hablar de varios tipos, existe la masculinidad hegemónica (Connell, 1995) que se constituye en aquel modelo que se impone y reproduce, y por tanto naturaliza, como práctica e identidad de género obligatoria para todos los hombres.
El Psicólogo Omar Rivas Maldonado, señala que por la asociación que se da entre hombre y masculinidad, se podrían describir algunos de los mandatos que constituyen reglas disciplinadoras de la construcción de género:
No expresar afectos: Se espera que un hombre “de verdad” no llore, no sienta miedo, sea controlado, no se desborde en emociones ya que eso se considera “cosa de mujeres”. Se debe recordar que cada vez que un niño recibe la advertencia: “los hombres no lloran”, se le está estimulando a que suprima y niegue sus emociones. Este mandato se completa con el de no ser cobarde y “no dejarse pasar por arriba”. Como efecto de este mandato, la masculinidad hegemónica legitima formas violentas de resolución de conflictos.
No expresar dependencia ni debilidad: En la representación hegemónica, los hombres siempre deben sostener una imagen de seguridad, fortaleza y autonomía. Ser pasivo es vivido como insulto, ya que se cree algo típicamente femenino por su asociación con la docilidad. Por el contrario se espera que mujeres y niñas incorporen patrones aprendidos de dependencia, inseguridad y debilidad. A lo largo del ciclo de vida, esto se va acentuando y lo que de niños aparece como incipiente, se consolida en la vida adulta.
Otro tipo de masculinidad es la Subalterna. Se entiende por masculinidades alternativas, subversivas o subalternas, a todas aquellas manifestaciones que aun considerándose masculinas, son vistas como versiones secundarias, inferiores, inauténticas o diferentes de la masculinidad hegemónica.
Las actividades vinculadas al cuidado y crianza de otras personas en situación de dependencia (niñas y niños, personas mayores, personas con discapacidad), han sido concebidas desde el punto de vista hegemónico como propias de lo femenino. Así, los cuidados y la crianza han ocupado el campo de lo que, desde la cultura patriarcal, no es entendido como parte de lo que se concibe como trabajo.
Omar Rivas, indicó que durante 6 años ha estado implementando talleres a aproximadamente 1500 hombres, sobre las masculinidades enfocadas a las nuevas paternidades, paternidades que tienden a proveer solo en el aspecto económico, padres que no están en casa o que se fueron, además de que sus talleres se enfocan en tener en cuenta que un papá soltero que está presente no está haciendo nada extraordinario, sino que hace lo que le toca.
Con datos de la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares (ENIGH) 2018, los hogares con jefaturas masculinas en la Zona Metropolitana de La Laguna se conformaban de la siguiente manera: Matamoros 31485, Torreón 144166, Gómez Palacio 79792 y Lerdo 25175, representando el 80.90%, 71.45%, 70.08% y 69.30% respectivamente.
En Torreón, según la Encuesta Nacional de los Hogares (ENH) 2017, existían en ese año 2925 jefes de familia que se encontraban en condición de soltería, viudez, separación o divorcio, y que vivían con al menos un hijo/hija en el mismo hogar.
Un ejemplo del nuevo rol que están adquiriendo los hombres, es el caso de Alberto Triana Fernández, ejerce el periodismo como fuente de ingreso y lleva 10 años siendo padre soltero.
Alberto comentó que el estar a cargo de su hijo, es una gran oportunidad pues debe ser el ejemplo de un niño que crecerá en circunstancias diferentes a los demás, pero que eso no le impida su óptimo desarrollo para que alcance sus metas.
“Sí, cada vez hay más casos. Las leyes se han modificado para que haya más apertura a los padres solteros. No siempre los niños tienen mejor calidad de vida con las mamás” afirmó.
Respecto a que, si los hombres que ejercen completamente su paternidad tienen el reconocimiento o las mismas oportunidades ante la sociedad, Alberto Triana asegura que antes tenían desventaja incluso legal y que ahora ya hasta pueden acceder a guarderías sin necesidad de que la madre trabaje.
Finalmente, el mensaje que quiso dejar a los hombres que tienen su misma condición es que el futuro de una persona inocente depende de ellos, así que el ejemplo definirá qué tipo de hombre o mujer aportarán a la sociedad.
En este nuevo marco de reconocimiento del derecho a cuidar y criar, se torna esencial comenzar a estimular ideas y sentidos que vinculen a los hombres con otras prácticas vinculadas al cuidado.
DATOS:
Los hogares con jefaturas masculinas en la Zona Metropolitana de La Laguna se conformaban de la siguiente manera: Matamoros 31485, Torreón 144166, Gómez Palacio 79792 y Lerdo 25175. (Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares (ENIGH) 2018).
En Torreón en el 2017, existían 2925 jefes de familia que se encontraban en condición de soltería, viudez, separación o divorcio, y que vivían con al menos un hijo/hija en el mismo hogar. (Encuesta Nacional de los Hogares (ENH) 2017).
FUENTE:
Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares (ENIGH) 2018.
Encuesta Nacional de los Hogares (ENH) 2017.
GÉNERO Y MASCULINIDADES - Miradas y herramientas para la intervención 2016.