“..Hay un miedo construido en la ciudad y también una ciudad construida por el miedo.”
(Fernando Carrión Mena, Boletín Ciudad Segura, FLACSO, 2007)
Los niveles de violencia, crimen y percepción de inseguridad han moldeado la Zona Metropolitana de la Laguna en lo social, económico y urbano. Estos fenómenos son tan multidimensionales y complejos que han rebasado la capacidad de respuesta social y gubernamental sobre todo desde el inicio de su “momento” en la década de los 90´s, llegando al día de hoy como el tema prioritario, no sólo para los laguneros(1) y mexicanos(2), también a nivel Latinoamericano(3).
Dentro de este contexto las estrategias de “vacuna” han ido ganando terreno, y dentro de ellas el espacio público ha surgido como un eje importante, no sólo como táctica de prevención, sino también como línea de acción para la disminución de los niveles de percepción de inseguridad. Este territorio, accesible a todos, está caracterizado por las fachadas de nuestras casas y negocios, banquetas, vegetación, mobiliario, infraestructura y también por la manifestación de dinámicas y hábitos individuales y sociales.
Un gran porcentaje de las tipologías y de los delitos efectuados ocurren o están asociados al espacio público: robo o asalto a transeúntes, robo de vehículo, en el transporte público, a viviendas y negocios, entre otras. En las décadas de los 60s y 70´s algunos criminólogos, urbanistas y críticos urbanos(4) comenzaron a analizar el espacio público como factor detonante y establecieron que los delitos ocurren en parte por las oportunidades presentadas por el ambiente físico (delitos situacionales).
Por otro lado, la percepción de inseguridad, detonada por los niveles de violencia y crimen, han desincentivado a la población principalmente a: permitir que sus hijos menores de edad salgan de casa, salir de noche, salir a caminar, visitar parientes y amigos, tomar taxi, salir a comer o a cenar, ir al cine o al teatro, por mencionar algunas(5). En el espacio público existen lugares en los cuales podemos sentirnos seguros o inseguros y esto determinará en gran medida su uso y la construcción de relaciones que se den en él, dando lugar a la aparición de “no lugares”, “espacios comunes” (de uso pero no de construcción social) o a espacios públicos integrados e integradores.
Como si fuera sometido a un estudio económico de análisis de costo-beneficio, nuestro espacio público puede ser percibido por los delincuentes como lugares de poco riesgo en relación a la ganancia que obtendrán.
¿Estamos construyendo una ciudad propicia para el delito?
El espacio público es un derecho universal, materializa el derecho a la ciudad, esta entendida como un lugar donde los ciudadanos puedan vivir dotados de espacios promotores de la sana convivencia, el desarrollo social e individual, cohesión social e identidad cultural. Sin embargo, este derecho se ve amenazado por los niveles de violencia, crimen y percepción de inseguridad, coartando la libertad, nuestra libertad.
A nivel urbano los cambios sociales y económicos han generado en nuestra Zona Metropolitana, como en muchas otras, un alto número de viviendas deshabitadas, un centro urbano abandonado, casas en desuso la mayor parte del día, segregación espacial, locales comerciales vacíos, lunares de grandes lotes baldíos, etc., creando un ambiente propicio para generar víctimas potenciales.
Ante el miedo y el temor, el lagunero ha tomado medidas en lo individual y lo colectivo en un intento por evitar ser víctimas de algún delito, se ha encerrado en lo privado despreciando el espacio público como si fuera ajeno; en las zonas más prósperas el elemento más visible de este miedo es la barda, que ha desconectado algunas viviendas del territorio común y/o privatizado el espacio público dentro de pequeños conjuntos residenciales. Estas estrategias sociales no han sido garantía de prevenir el delito, inclusive ha sido motivo de estudio sus posibles consecuencias sociales y territoriales.
Los espacios públicos son las arterias de tránsito y circulación que conectan nuestras actividades cotidianas, en algunos casos son lugares de esparcimiento y en escasas situaciones, son espacios de construcción social. Los elementos que constituyen el espacio público tienen la capacidad de construir ciudades vibrantes o dejar en estado de vulnerabilidad a los individuos que los usan así como a las viviendas, negocios, vehículos, etc. ubicados en él. La iluminación deficiente, la obstrucción de los campos visuales, el descuido del espacio, la falta de apropiación del espacio por sus habitantes, vandalismo, desuso de los espacios, anonimato entre los habitantes, diseños tipo laberinto y la falta de vigilancia natural desde el interior de los edificios, son algunos de los elementos a nivel ambiental que generan las oportunidades del delito.
¿Cómo podemos construir un espacio urbano seguro?
Hoy existen numerosos manuales y casos de estudio en la prevención del delito. La prevención del crimen a través del diseño ambiental (CPTED por sus siglas en inglés) es una de las metodologías más difundidas. Estas estrategias se han implementado principalmente en países como: Canadá, Estados Unidos, Chile, Colombia, Londres y más recientemente en México. Sus principios están orientados a: desincentivar al delincuente en su decisión racional de cometer un acto delictivo en base a la percepción de mucho esfuerzo y poca recompensa, disminuyendo la vulnerabilidad de los individuos, bienes inmuebles, etc. ante un acto delictivo. Estos principios han ido evolucionando, en particular la metodología de CPTED está orientada a crear ciertas condiciones:
- Promover la vigilancia natural: Entendida como la posibilidad de “ver” y “ser visto”, se pueden tener espacios “hermosos” pero esto por sí sólo no garantiza la apropiación del lugar público por la población. Además este concepto presenta un reto, la vigilancia natural se da sobre todo en espacios donde las personas se conocen, donde ha existido la construcción de confianza comunitaria y los individuos se interesan el uno por el otro. El concepto le apuesta a aumentar la responsabilidad del control del crimen en diferentes niveles sociales.
- Incentivar el reforzamiento territorial: Esta estrategia tiene como objetivo la generación de identidad entre la población con el espacio público que habita, se trata de dejar “marcas” positivas en el espacio y que la comunidad se apropien de él, busca que no sólo lo ocupen… lo colonicen.
- Mantener control natural de accesos: Este concepto más que construir muros, se trata de construir socialmente la seguridad teniendo un control del espacio desde la vigilancia natural y la demarcación sutil entre el espacio público, semi-público y privado.
- Mantenimiento: Hace referencia a tener planes de manejo, limpieza y jardinería. Esto da el mensaje de que la comunidad se preocupa y controla las áreas públicas que habita.
“Si quieres saber cómo le queda el zapato, no le preguntes al zapatero, si no a la persona que lo usa” Nick Wates, TheCommunityPlanning.
Durante la década de los 80´s en Estados Unidos se llevaron a cabo dos proyectos piloto, uno en Connecticut y otro en Oregon, donde se realizaron mejoras en la imagen urbana, los dos tuvieron éxito al disminuir a corto plazo los índices de criminalidad en las comunidades intervenidas, pero también demostraron que en donde no existe cohesión social los proyectos aunque promisorios no son sostenibles.
Por esto la participación ciudadana es la estrategia medular durante todo el proceso, pues el habitante es considerado “nativo experto” ya que experimenta la problemática local y también tiene la capacidad de construir su propia seguridad. Esta colaboración en CPTED se da desde las etapas de diagnóstico mediante la identificación y georreferenciación de los espacios que ellos perciben como inseguros y la caracterización social y urbana de la comunidad, posteriormente se convierten en co-diseñadores y co-constructores y finalmente se busca construir un sentido de responsabilidad en ellos para la sostenibilidad del proyecto social y urbano a largo plazo. Esto es el parte aguas que da la posibilidad de fortalecer la cohesión social estimulando la confianza y colaboración entre vecinos, promover la responsabilidad vecinal y crear relaciones positivas en la comunidad.
“… Cuando los nativos expertos sueñan hacen proyectos reales, concretos, sostenibles y seguros…”
(Construyendo ciudades más seguras, Macarena Rau, TED 2013)
Los proyectos más exitosos son aquellos que además de intervenir el lugar físicamente, se acompañan de programas sociales, educación y proximidad policial. En Latinoamérica se encuentra la ciudad de Medellín, como caso paradigmático de éxito, reconocido a nivel internacional, donde las áreas más marginadas han sido intervenidas no sólo con la mejora del espacio público, también con la dignificación de los espacios de educación, sistemas de movilidad, presencia policial en espacios estratégicos, etc.
La seguridad no se puede construir de manera limitada con estrategias de control (reforzamiento policial), es imposible poner un policía en cada cuadra, tampoco existen los recursos de manera unilateral para intervenir en cada espacio crítico de la ciudad, de ahí la necesidad de generar proyectos integrales con fuerte colaboración social.
El diseño urbano adecuado puede ser un vehículo de corto plazo para mejorar la calidad de vida reduciendo la percepción de inseguridad y los delitos de oportunidad; pero no sólo eso, la relevancia del espacio público en el sentido más completo es tal que: de acuerdo a la publicación de ONU- Habitat: “Streets as Public Spaces and Drivers of Urban Prosperity”, existe una correlación directa entre la expansión las calles, su calidad y uso con la prosperidad económica de las ciudades, además construye confianza de la población en las instituciones públicas y contribuye a disminuir el deterioro de los procesos democráticos.
Notas
- Encuesta de percepción de inseguridad, 6ª. Edición, Tercera entrega, Agosto 2014. http://ccilaguna.org.mx/encuestas-de-percepcion
- Encuesta Nacional de Victimización y Percepción sobre Seguridad Pública, INEGI, 2014. http://www.inegi.org.mx/est/contenidos/proyectos/encuestas/hogares/regulares/envipe/
- Informe 2013, Corporación Latinobarómetro. http://www.latinobarometro.org/documentos/LATBD_INFORME_LB_2013.pdf
- Dentro de estas aportaciones las más relevantes son las siguientes publicaciones: 1. Prevención del crimen a través del diseño ambiental, C. RayJeffery, 1971. La vida y muerte de las grandes ciudades americanas, Jane Jacobs, 1961. El espacio defendible, Oscar Newman, 1972.
- Encuesta Nacional de Victimización y Percepción sobre Seguridad Pública, INEGI, 2014.