Nuestra salud mental se ha visto influenciada por el confinamiento que como ciudadanía hemos vivido, nuestro estado emocional y nuestra interacción se ha modificado, claro está que no hemos vivido de la misma manera la pandemia, por lo que esa influencia que el confinamiento ha tenido en cada uno de nosotras y nosotros es diversa.
A la ciudadana y ciudadano, ¿qué le parecería saber que lo que lee, escucha, si no está alerta, modifica su estado de ánimo?, claro, ya lo sabe, puede leer una nota y experimentar frustración, enojo o miedo. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS, 2000) en su documento Prevención del Suicidio, un instrumento para los medios de comunicación se menciona que éstos “Ejercen una fuerte influencia sobre las actitudes, creencias y comportamientos de la comunidad y juegan un importante rol en la política, la economía y la práctica social.”
Siendo así, los medios de comunicación juegan un rol importante en lo que llamo el Ecosistema de la Salud Mental. Probablemente, hay quienes están alerta a sus estados emocionales, ¿y los que no? Philips desde 1992 en su artículo Suicidio y Media, identificó que 10 días después de noticias en medios respecto a un suicidio se comete otro, según el INEGI 2020 citado por Alejandra Martínez (2020), hay una media de 49 suicidios anuales en la Zona Metropolitana de la Laguna.
Por supuesto que, en medios de comunicación, consideramos ahora a las plataformas digitales en donde interactuamos, pues también por ese medio se comparte información respecto a la salud mental, queda de manifiesto entonces que el cuidado de la salud mental de nuestra Zona Metropolitana no es cuestión de unos cuantos o de los que están en el “tema” si no de todas y todos, es un tópico social. Según el Monitor de Salud Mental del IMPLAN Torreón, de 432 unidades médicas de salud pública en el Estado de Coahuila, sólo 2 están enfocadas en la salud mental, el 0.4%.
Medina-Mora (2021) directora de la Facultad de Psicología de la UNAM menciona que el 75% de los casos de salud mental en México, no son atendidos. A esto se suma que la contingencia no permitió mantener los tratamientos para algunos como debía de ser, por lo que ese porcentaje sin duda incrementó, así que, si existen personas que no han reconocido su fortaleza para afrontar lo difícil de la vida, en lo que lo logran, ¿no tendríamos que apoyarles reconociendo el poco acceso que se tiene para el cuidado de la salud mental?
Aquí una idea, para ti y medios de comunicación, cuando se describen actitudes productivas, comprobadas, de cómo superar la ansiedad y la depresión, según Etzersdorfer (1998) hay una asociación directa en la disminución de las tasas de suicidio.
La pandemia nos hizo darnos cuenta que el lugar más importante para estar bien es con nosotras y nosotros mismos, así como con quienes vivimos en casa o convivimos a diario. Sin duda hay mayor sensibilidad en la salud mental, ahora nos toca hacer algo al respecto, permitiendo el acceso y el desarrollo de ecosistemas de salud mental, este trabajo no es de psicólogos, psicoterapeutas y psiquiatras únicamente, es de todas y todos.
FUENTES:
Etzersdorfer E (1998) Previniendo el suicidio a través de la influencia de reportajes en los medios de comunicación. The Viennese Experience. Arch Suicide Res.
Martínez, A (2020) Monitor de Salud Mental para Coahuila, IMPLAN Torreón.
Martínez, A. (2020) Registro de Suicidios en la Zona Metropolitana de La Laguna, IMPLAN Torreón.
OMS (2000) Prevención del Suicidio. Un instrumento para profesionales de los medios de comunicación. Ginebra.
Romero (2021) Salud Mental, clave durante la pandemia. Gaceta UNAM. México.