Torreón, Coahuila a 27 de febrero de 2020.
Presentan en Sesión de Consejo el “Programa Parcial de Desarrollo Urbano para la Zona Norte de Torreón”.
La Zona Norte de Torreón se convirtió en los últimos años en la zona habitacional residencial de mayor nivel en la ciudad.
Una de las metas es elaborar en el corto plazo (2020-2021) los proyectos ejecutivos para el manejo de las aguas pluviales en las microcuencas localizadas en la zona.
Durante la Segunda Sesión del Consejo Directivo del Instituto Municipal de Planeación y Competitividad de Torreón (IMPLAN), se presentó a las Consejeras y Consejeros el Programa Parcial de Desarrollo Urbano para la Zona Norte de Torreón.
La Zona Norte del municipio de Torreón ha presentado un crecimiento importante en los últimos 15 años. De ser una zona dedicada a cultivos diversos, entre los cuales se destacaba la alfalfa, la viña y los nogales, se convirtió en los últimos años en la zona habitacional residencial de mayor nivel en la ciudad. Esto ha significado un cambio en los usos de suelo previstos por los planes vigentes.
Por otra parte, la nueva Ley General de Asentamientos Humanos, Ordenamiento Territorial y Desarrollo Urbano de la República Mexicana, así como la nueva Ley de Asentamientos Humanos, Ordenamiento Territorial y Desarrollo Urbano para el estado de Coahuila de Zaragoza, introducen nuevos conceptos y requerimientos para el espacio urbano que se deben plasmar en la planeación urbana de esta zona: mayor importancia a los medios alternos de movilidad, como la bicicleta, y al espacio público; una estrategia de compactación urbana y fomento de los usos mixtos; búsqueda de mayor densidad en el uso del suelo; y una mayor preocupación por la resiliencia urbana ante los fenómenos hidrometeorológicos, entre otros.
Estos elementos conducen a la necesidad de establecer un nuevo Programa Parcial de Desarrollo Urbano específicamente para la zona norte de la ciudad de Torreón. Un programa parcial que ajuste las variables antes mencionadas sin necesariamente impactar el resto de la ciudad.
En el tema de estructura urbana, existe un fuerte desequilibrio entre las zonas de vivienda y las zonas de trabajo. Esto obliga a largos desplazamientos hacia el centro de la ciudad para actividades laborales y de servicios.
Referente a los usos de suelo, la zona fue concebida como un área habitacional residencial de muy baja densidad, la cual paulatinamente se ha ido modificando en cuanto a su densidad, hacia densidades bajas y medias bajas. Asimismo, se han formalizado algunos corredores comerciales y de servicios a lo largo de las principales vías de comunicación.
No obstante, las densidades actuales no son acordes a las orientaciones de la Nueva Ley General de Asentamientos Humanos, Ordenamiento Territorial y Desarrollo Urbano, que busca promover una ciudad más compacta, densa y con usos mixtos. Así mismo, difiere de los lineamientos de Programa Nacional de Desarrollo Urbano vigente (2014-2018).
Existe una tendencia creciente a la demanda de vivienda en arrendamiento y de vivienda en departamentos para hogares unipersonales. La oferta de estas alternativas en la zona es muy limitada.
Un problema importante en materia de vialidad es la falta de accesos claros a la zona de reserva de crecimiento anexa, el Ejido La Concha, debido a que algunos fraccionamientos cerraron algunas avenidas que deberían ser de uso público. Por otra parte, el poblado de la Concha tiene una estructura vial desordenada.
La zona tiene condiciones muy favorables para el uso de esquemas de movilidad alternativa, como la bicicleta, debido a que es prácticamente plana, lo que favorece a estos modos de movilidad. Sin embargo, el riesgo para los ciclistas es extremo por la falta de ciclovías o vías alternas para su uso.
Como el resto de la ciudad, la zona tiene problemas de escasez de agua potable de calidad, por ello, las obras de infraestructura verde deberán coadyuvar a la recarga de los acuíferos.
En materia de equipamiento educativo la zona está bien provista de equipamiento privado. En cambio, el equipamiento educativo público no es suficiente.
Desde el punto de vista ambiental la zona está creciendo sin contar con una estructura de áreas de absorción, arborización y de parques que permita ofrecer calidad de vida a la población y favorecer el equilibrio eco-sistémico.
Metas:
Elaborar en el corto plazo (2020-2021) los proyectos ejecutivos para el manejo de las aguas pluviales en las microcuencas localizadas en la zona, incluyendo los canales y bordos necesarios para evitar inundaciones.
Establecer el plan integral de abastecimiento de agua potable y saneamiento para toda la zona con una visión de corto, mediano y largo plazo.
Establecer los proyectos ejecutivos de la red de movilidad alternativa, en ciclo vías.
Definir en el plan las zonas inundables, como zonas no urbanizables o condicionadas a la construcción de obras de mitigación de riesgo.
Dotar a la zona de una red de infraestructura maestra de agua potable, energía eléctrica y drenaje sanitario para una población estimada de 142,198 habitantes para el año 2040.
Implementar un sistema de Infraestructura Verde para manejo de aguas pluviales, que permitan el aprovechamiento de algunas zonas que hoy se inundan. Puede ser a través de lagunas de detención y camellones filtrantes un ejemplo sería un parque Lineal en los hombros del Canal El Coyote.
Lograr una conectividad vial oriente-poniente y norte-sur, que incremente en 50% o más las alternativas de traslado dentro de la zona y hacia el resto de la ciudad.
Lograr una red integral que permita comunicar de manera accesible y práctica las zonas habitaciones con la industria de la zona metropolitana.
Dotar a la zona de equipamientos de educación, salud, recreación, comercio, restauración, guarderías y desarrollo comunitario, conforme a los parámetros de la SEDATU.
