Uno de los factores más importantes del crecimiento y desarrollo económico de un país, región o ciudad es el capital humano. El dominio de cierto tipo de competencias de la fuerza laboral, así como, su grado de sofisticación y su velocidad para adaptarse ante los cambios y requerimientos de la economía actual son elementos cruciales para liberar todo el potencial productivo y el crecimiento de la industria local. Por lo cual, la calidad de la educación – específicamente la educación superior en los jóvenes- y su pertinencia con las demandas de la industria es uno de los aspectos más importantes que deben de estar en equilibrio.
El fenómeno de la globalización y las innovaciones tecnológicas han generado nuevos retos en el ámbito de educación superior y de empleo para los jóvenes. Por una parte existe un mayor número de opciones y caminos educativos para adquirir conocimientos y perfeccionar competencias laborales, muchos de ellos inclusive son gratuitos y/o a distancia. Por otro lado, las nuevas tecnologías y la globalización han transformado las necesidades de capital humano de la industria. Los sectores más productivos necesitan cada vez más de jóvenes profesionistas que desarrollen y perfeccionen competencias sofisticadas vinculadas a la tecnología y a la innovación. Por ejemplo, la necesidad de ingenieros de software, conocimientos de lenguaje de programación, desarrollo de aplicaciones o análisis de big data son unos de los conocimientos de vanguardia en la industria.
Hoy en día estamos ante la transformación de la dinámica entre la oferta y la demanda de capital humano. Por un lado, los jóvenes ingresan a las Instituciones de Educación Superior (IES) buscando aprender y desarrollar una gama de competencias, en su mayoría técnicas o duras, con el propósito de ser exitosos en el mercado laboral. Mientras tanto, las empresas contratan conforme a los requerimientos específicos de cada vacante, lo que implica tanto conocimientos técnicos como competencias suaves. El tipo de capital humano que requieren las empresas se encuentran en un cambio constante ya que van de la mano con los procesos de innovación y modernización de la industria. En comparación, la capacidad de adaptación y respuesta de la IES ante estos cambios son más rezagada. Como consecuencia, muchas veces dichos requerimientos no se ven satisfechos por los programas educativos, provocando una brecha entre lo que necesitan las empresas y lo que adquieren los estudiantes antes de entrar al mercado laboral.
En este sentido, el Centro de Investigación para el Desarrollo, A.C. (CIDAC), se ha dedicado a estudiar los temas de capital humano, a entender cuáles son las habilidades que la economía necesitará en las próximas décadas para ser competitivos y qué es lo que se requiere para desarrollarlas desarrollo de competencias y educación superior en México. A lo largo de estos años, CIDAC ha desarrollado metodologías y estudios que han permitido avanzar en el diagnóstico de la falta de capital humano calificado, la naturaleza de la vinculación entre las empresas y las universidades, así como el desarrollo educativo y profesional de los jóvenes.
La Encuesta de Competencias Profesionales 2014 (ENCOP 2014) realizada por CIDAC es uno de los estudios ejemplares en la materia. En dicho reporte se analiza a detalle la naturaleza y magnitud de la brecha de competencias profesionales a nivel nacional. Uno de los grandes hallazgos de esta investigación, fue la existencia de una brecha entre las competencias de los jóvenes egresados de la IES y las que demandan las empresas. De hecho, el 26% de las empresas entrevistadas afirmaron haber tenido una vacante que no pudieron cubrir a pesar de haber tenido candidatos que se postularon para el puesto por no tener las competencias necesarias para hacerlo. Los jóvenes profesionistas carecen, en promedio, de competencias tanto suaves (interpersonales) como duras (técnicas); competencias básicas (comunicación oral y escrita en español) y sofisticadas (programación y manejo de proyectos).
En la misma línea, en Profesionistas Torreón nos adentramos al ámbito local para analizar y contestar la pregunta: ¿existe o no una brecha de talento y competencias en Torreón? Dicho de otra manera, ¿las empresas de la ciudad encuentran las competencias que requieren entre los jóvenes egresados de las IES? Para llevar a cabo esta investigación colaboramos con el Instituto Municipal de Planeación y Competitividad de Torreón (IMPLAN) para conocer las dinámicas económicas y de capital humano de la ciudad. Así, utilizando la metodología desarrollada para la Encuesta de Competencias Profesionales 2014 y adaptándola a las condiciones y características locales, pudimos conocer la naturaleza de la brecha de competencias y los retos en términos de capital humano de la localidad.